La mayor pesadilla de quien pone en arriendo un departamento es que el inquilino no pague las deudas o intente apropiarse de la unidad. Es una situación poco frecuente, pero está en línea con el otro tipo de riesgos que puede enfrentar un propietario, en esta nota te contamos cuáles son y cómo prevenirlos.
En líneas generales hay dos tipos de riesgos a la hora de poner en arriendo un departamento:
- Riesgos vinculados a la propiedad misma
- Riesgos vinculados a la administración de propiedades
Riesgos vinculados a la propiedad
Es muy posible que nadie cuide tu departamento tanto como tú, pero sí hay muchos arrendatarios que tratarán la propiedad con cariño manteniendo la higiene y evitando daños, después de todo es su hogar.
Si bien muchos inquilinos cuidarán el espacio lo mejor posible, uno de los temores de quienes arriendan sus propiedades es tener que enfrentar daños cuando el arrendatario se va del lugar.
La posibilidad de esto existe, sí, pero también las herramientas para delimitar a quién corresponde la responsabilidad. Un aspecto clave es que al hacer el contrato de arriendo se incluya el estado del departamento y las responsabilidades por su uso. Así podrán dirimir más fácilmente quién paga qué.
Incluso puedes ir más allá y prevenir la situación contratando un servicio de administración que se encargue de acompañar al arrendatario en su ingreso para así documentar el estado de la unidad. A su vez, estos servicios revisan el departamento cuando el inquilino hace su mudanza para distinguir qué reparaciones deben hacerse con parte de la garantía.
Quizás uno de los riesgos más grandes de una persona que pone su departamento en arriendo es que el inquilino trate de apropiarse de la unidad negándose a salir de ella, dejando las cuentas sin pagar y utilizando la fuerza o amenazas para evitar que le desalojen.
Riesgos vinculados a la administración de la propiedad
Otra preocupación de los propietarios es tener que destinar mucho tiempo o esfuerzo a las labores administrativas propias de un arriendo.
Mes a mes debe revisarse, por ejemplo, el pago del arriendo, de los gastos comunes y de las cuentas básicas. También es importante estar disponible para resolver dudas o solicitudes del arrendatario, además de recordar la mantención de dispositivos como el termo calentador de agua, el horno u otros elementos similares.
Estas labores exigen destinar tiempo y atención al arriendo. Los riesgos que conllevan se relacionan con una inversión mayor de esfuerzo y dedicación de la que se esperaba. Algunos problemas que pueden surgir y sus soluciones son las siguientes:
- Descoordinación del pago de cuentas, gastos comunes o arriendo.
- Solicitudes constantes del arrendatario.
- Resolución y coordinación de reparaciones por daños.
- Problemas del residente con la comunidad.
La solución a la mayoría de estas situaciones implica hacer algunas llamadas telefónicas para entender toda la información y luego algunas otras llamadas telefónicas para resolver el problema.
- Solicitar la regularización de los pagos.
- Resolver las dudas o solicitudes del arrendatario.
- Comprobar los daños, su origen y coordinar con un técnico para su reparación en un horario que calce al residente.
- Buscar una forma de evitar sanciones/multas.
Estas labores podrían ser un temor importante para quienes desean disminuir el tiempo y esfuerzo invertido en arrendar su departamento, haciendo que su inversión se transforme en una suerte de segundo trabajo.
Para prevenir estos riesgos es fundamental mantener comunicación con el arrendatario, ser ordenado con la revisión y registro de pagos, tratar de ser lo más eficiente posible a la hora de resolver reparaciones. Otra opción es comunicacion con la administracion de la comunidad (Administrador)